La importancia de los contenidos está en las personas

La eficacia en la comunicación y de los contenidos está en las personas, no en las marcas.

Las nuevas tecnologías de la información han llevado a la frugalidad informativa y a la frivolización por la inmediatez de los contenidos.

No hace tantos años comprábamos uno, dos o tres diarios, y los leíamos. Repasábamos todos los titulares del periódico, y nos recreábamos con la lectura de aquellos artículos que nos parecían más interesantes. Consumíamos noticias de una, incluso de dos páginas completas. Las informaciones de peso eran tratadas no sólo desde la óptica informativa, sino también desde los artículos de opinión, e incluso desde el análisis editorial.

Ahora lo primero que hacemos nada más encender la tablet o el ordenador es visitar los cuatro o cinco medios de cabecera. Titulares, y un par de párrafos, tres a lo sumo, por información. Y a las dos horas, exigimos refresco. No queremos ver las mismas informaciones, demandamos el “ahora mismo”. No es extraño ver una noticia que abre nuestro medio digital a cuatro columnas a primera hora, que queda relegada a media mañana a segundo o tercer puesto, y que al finalizar la jornada ya está posicionada residualmente. Este apetito desmedido por la actualidad del minuto, que no debiera de ser negativo, ha conseguido que nos hayamos convertido en frenéticos devoradores de titulares, y cada vez nos interese menos profundizar en los contenidos.

Los nuevos hábitos en nuestro consumo diario de la información han creado nuevas estrategias de comunicación política y empresarial. De la importancia del partido y del programa, se ha pasado a transmitir la emocionalidad del líder. De la importancia de la marca, se ha de pasar a la credibilidad del equipo humano que la compone.

Instituciones y empresas han de adaptarse a la comunicación colaborativa, a la interlocución con sus públicos. Pero para ser eficaces en el marco de los nuevos hábitos de consumo de la información sigue siendo fundamental el contenido, el mensaje. El esfuerzo de síntesis al que nos obligan las nuevas tecnologías hace más relevante que nunca analizar cada línea que transmitimos al exterior.

Ya no es válido que exista un interlocutor en la empresa para medios de comunicación, otro para redes sociales, y un tercero para públicos internos. En un entorno informativo sin compartimentos estancos, es fundamental la coherencia de los contenidos. Y estos contenidos ya no basta con que los transmita la marca, que es un abstracto que representa a la empresa. Los contenidos los tienen que hacer suyos y divulgar a nivel individual y colectivo el equipo de personas que la componen. Por eficacia, por transparencia y por credibilidad. Es la única manera para, de verdad, establecer un diálogo que consiga influir en nuestro entorno.

José Ángel Torralba. All for One Consultores de Comunicación.

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